Muchas sustancias extremadamente toxicas
ejercen su efecto impidiendo la acción de los pasos iónicos específicos que son
necesarios para el establecimiento de un potencial de acción. Estas sustancias
se denominan neurotoxinas. La tetrodotoxina se encuentra en algunos órganos del
pez burbuja. Este pez se considera un manjar exquisito en el Japón, . La
tetrodotoxina se fija de manera específica al canal de Na+ e impide
todo movimiento iónico. El mismo efecto lo produce saxitoxina, que contienen
los dinoflagelados marinos responsables de la “marea roja”. Estas algas
microscópicas, junto con su toxina, son ingeridas por el marisco y pueden a su
vez ser consumidas por el ser humano. Estas dos toxinas, que implican un
proceso fundamental del sistema nervioso, son unas de las sustancias más
venenosas que se conocen, y su ingestión accidental causa muertes cada año. Una
tercera sustancia muy venenosa, la veratridina, se encuentra en las semillas de
una planta de la familia de la azucena, Schoenocaulon officinale. Esta toxina
se une también a los canales de Na+, pero los bloquea en la
configuración “abierta”.
Estas toxinas han resultado útiles en
los estudios de la estructura y la conducción del axón, puesto que su unión intensa las
convierte en excelentes marcadores de afinidad para el canal de Na+.
Su empleo ha permitido a los investigadores determinar que los axones no
mielinizados contienen unos cien canales por micrómetro cuadrado, mientras que
los nódulos de Ranvier de las fibras mielinizadas tienen una densidad de canales unas 200 veces
superior.
Muy interesante la verdad!!!
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